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Londres, lugares en los que hacer check!

Tienda de antigüedades en Portobello. Lugares en los que hacer check en Londres. Clara Colorín Colorado.
Tienda de antigüedades en Portobello.

Tengo claro que para conocer todos los sitios monumentales de Londres requeriría vivir en ella una larga temporada porque si no es infinita es casi infinita. La ciudad ofrece un sinfín de lugares en los que hacer check que no puedes perderte. Tras la guía de experiencias te dejo una lista de edificios históricos, emplazamientos cruciales y barrios únicos que seguro disfrutarás en tu viaje. Museos merece lista aparte. Sitios emblemáticos con información interesante que hará tu visita más provechosa. There we go!

Big Ben

No creo que exista recorrido turístico sin el Big Ben, el famoso reloj de Westminster, y si no que se lo digan a Peter Pan, quien no dudó en meterlo en su camino hacia el País de Nunca Jamás junto a Wendy, John, Michael y una enfadada Campanilla. Al margen del polvo de hadas, deberíamos empezar diciendo que Big Ben en realidad hace referencia  al nombre de la campana del reloj. Un megáfono de dos toneladas y media que lleva grabada el nombre de Benjamin Hall, el encargado de la obra. Como para no ponerle el “Big” delante. Curiosamente el reloj mantiene el mecanismo de funcionamiento de 1859. Un péndulo que conectado al tren central hace girar los engranajes los cuales son reactivados tres veces por semana gracias a unos valientes ingenieros que dan cuerda a unos cables conectados a pesas que al caer activan los trenes de engranaje. La velocidad del péndulo se ajusta con monedas. Una experiencia llena de adrenalina más propia de un agente 007 o un reajuste del tiempo de Marty Mcfly. Actualmente está en obras, pero se prevé que las campanas vuelvan a tocar a finales de 2022.

Por orden de la reina Victoria el reloj se encendía escrupulosamente cuando caía el día y el gobierno seguía trabajando. Era su forma de vigilarles en la distancia. Posteriormente se decidió apagarlo durante la I y II Guerra Mundial para evitar que fuese bombardeado durante la noche. En la actualidad el encendido se ajusta más bien a motivos turísticos.

El Parlamento

A orillas del Támesis se ubica estratégicamente el Palacio de Westminster. Residencia construida inicialmente para la monarquía pero que ha pasado a la historia por ser el lugar donde se reúnen Lores y Comunes. Sólo durante la época medieval la monarquía vivió en él y fue a medida que el gobierno de Reino Unido avanzaba que se iban asentando en el palacio las distintas instituciones. Monarquía y gobierno convivieron hasta el incendio de 1529. La falta de espacio hizo que Enrique VIII decidiera cambiar su residencia a Whitehall. Un palacio expropiado a un ministro que parece ser no le gustaba mucho. Este hecho consiguió que Westminster quedase de uso exclusivo para el gobierno.

Incendios, bombardeos y otras causas han provocado que Westminster haya sido reestructurado a lo largo de los años. Al incendio de 1529 le siguió el de 1834 y más tarde los bombardeos alemanes de 1941. Incluso la polución atmosférica de la ciudad ha obligado a efectuar modificaciones. Desde 1913 hasta 1926 se retiraron hasta doscientas toneladas de piedra de la fachada por temor a que la estructura se viniera abajo. 

Turísticamente sólo está abierto durante los dos meses de verano. Cuando no se realizan sesiones parlamentarias. El resto del tiempo sólo es accesible a través de las sesiones retransmitidas por la BBC y con mucha suerte suerte haciendo una cola kilométrica para presenciar un debate desde las galerías públicas. Para mas seguridad pincha en este enlace. Si ninguna de estas opciones es posible que sepas que el palacio posee en torno a unas mil estancias entre salas de reuniones, bibliotecas, bares, pasillos y gimnasios. Está decorado con frescos que representan la religión, la caballería y la ley y destacan los colores rojos en la Cámara de los Lores y verde en la Cámara de los Comunes.

Abadía de Westminster

Es una iglesia gótica anglicana del tamaño de una catedral. Esta abadía es célebre porque en ella se realizan las coronaciones y entierros de los monarcas ingleses. En su interior hay una gran cantidad de sepulcros de la familia real, miembros de la aristocracia e ilustres ciudadanos. Se dice que esta abadía se asienta sobre un antiguo santuario el cual fue milagrosamente consagrado por la visión de San Pedro por parte de un pescador. La historia de la construcción de la abadía es larga. Un tira y afloja entre la monarquía y la iglesia. Caprichos y castigos cuyo resultado es la grandiosidad de un templo. Desde este enlace puedes organizar tu visita.

Entre las ceremonias más desatacadas figuran la coronación de la Reina Elizabeth II en 1953 y el funeral de Diana de Gales en 1997. La coronación televisada de la reina fue idea del Príncipe Philip, Duque de Edimburgo. El objetivo era acercar la monarquía al pueblo y evitar un final similar al de Grecia. El acto fue un éxito televisivo internacional por parte de la BBC consiguiendo una audiencia de quinientos millones. Por otra parte, el funeral de Diana fue lo que denominaron “un funeral único para una persona única”. El dolor del pueblo británico y las continuas muestras de afecto obligaron a Buckingham a elevar el acto a una nueva categoría. Los británicos depositaron miles de ramos de flores, cartas y peluches en los Palacios de Buckingham y Kensington para honrar y despedir a la reina de corazones. Más de dos millones de británicos se unieron a la comitiva ese día. 

Buckingham

El Palacio de Buckingham es el mayor símbolo monárquico. Es la residencia oficial de la familia real británica en la ciudad de Londres. Una institución con valores férreos que se ha convertido a ojos del mundo una telenovela con más audiencia que The Crown. La monarquía británica es puro marketing y lo saben. Buckingham originariamente era una residencia urbana de tres pisos. Un petit hôtel construido para John Sheffield. El primer duque de Buckingham y Normandby. El rey George III lo convirtió en residencia pública y poco a poco fue siendo ampliado. Pero no fue hasta la llegada de la reina Victoria que el palacio adquirió el toque majestuoso e imponente tan característico. Hoy en día, a parte de las visitas de Estados y de las ceremonias oficiales, también recibe visitas turísticas. Una golosina para curiosos. Importante, en él se expone una parte de la Royal Collection.

Por si nunca tienes la suerte de pisar el palacio te comento que tiene un punto de Belle Époque en tonos cremas y dorados. Un total de setecientas setenta y siete habitaciones y treinta y ocho baños. Salones decorados en estilo chino. Escayolas con incrustaciones de lapislázuli azul y cuarzo rosa. Lazulita, calcita, pirita, sílice y manganeso. Una combinación que aporta armonía. Al mismo tiempo es un entramado de escaleras, pasillos y entradas secretas. Es la máxima expresión de poder y sin embargo a Jackie Kennedy no le gustó nada el día que lo visitó. Lo encontró hortera y recargado. Cuestión de gustos. Un diamante bien pulido con inclusiones y un tono amarillento para mí.

Hyde Park

Junto con Green Park, los Jardines de Kensington y Hyde Park Corner es uno de los cuatro parques reales de Londres que encadenan el Palacio de Kensington con Buckingham. Se creó como coto de caza y con el paso del tiempo se abrió al público sirviendo de paseo e incluso para que algunos orgullosos caballeros se retasen. En 1851 se celebró la Gran Exposición para la cual se construyó el Palacio de Cristal. Pero quizá lo más destacado del parque sea Speaker´s Corner donde se han celebrado importantes debates y discursos. También manifestaciones históricas como las de las sufragistas y la coalición anti guerra. Y no ha faltado la música. En Speaker´s Corner han actuado grupos como Queen o Rolling Stone entre otros. Indudablemente es uno de esos puntos que hay que pisar sí o sí porque rezuma historia viva.

Trafalgar Square

Coronada por la National Gallery forma parte del Gran Londres. Es señorial y refinada, incluso el sinfín de palomas que sobrevuelan la plaza fortalecen esta idea. El título de la plaza conmemora la victoria de la tropa inglesa en la batalla de Trafalgar. En ella están la Columna Nelson, en honor al almirante Nelson, Whitehall o la National Gallery. Trafalgar Square ha sido y es un lugar importante de manifestaciones obreras, marchas a favor de la paz, en contra de las guerras de Afganistán e Irak y de la posesión de armas nucleares. También de celebraciones. Una vez hasta acogió el inicio del Tour de Francia. Todo puede pasar en Trafalgar Square. 

Piccadilly Circus

En el corazón del West End se encuentra este cruce circular de calles repleto de tiendas, publicidad, transportes y, por supuesto, mucha gente. Enlaza con áreas de teatros, bares, clubs, tiendas y más tiendas. Es el Times Square europeo. Y ahora un poco de historia,  Piccadilly hace referencia a los “piccadillies”, que son los cuellos que vendía Robert Baker en su tienda allá por el 1692. La tienda se llamaba Piccadilly Hall. 

Covent Garden

Tiendas, restaurantes, artistas y diversas formas de entretenimiento se dan cita en Covent Garden, uno de los barrios más animados de Londres. Nació como área de cultivo de los monjes de Westminster. Posteriormente pasó a manos de los Condes de Bedford, quienes lo convirtieron en plaza pública. En ella crearon un mercado de flores, verduras y frutas. Con el tiempo se construyeron edificios para alojar estos mercados. En la actualidad, tras un proceso de restauración, se mantiene el pabellón del mercado. Una delicia para los más bohemios. Además del popular mercado también puedes encontrar el Museo del Transporte de Londres y la Royal Opera House.

Catedral de Saint Paul

En el punto más alto de Londres, Ludgate Hill, se encuentra la catedral de Saint Paul. Su cúpula predomina en el horizonte londinense. Las vistas desde Millenium Bridge son sensacionales. La catedral fue reconstruida tras el gran incendio siguiendo el estilo barroco inglés. En ella se han celebrado ceremonias tan importantes como los funerales de Churchill y Thatcher y la boda de Carlos y Diana. Pero insisto, lo más destacado es su cúpula la cual fue inspirada en la basílica de San Pedro y la iglesia de Val-de-Grâce de París aunque con notables diferencias. Aquí lo que se buscaba era reforzar su base para conseguir mayor sensación de grandeza y fuerza. Por supuesto merece la pena entrar. Observar los arcos, bóvedas y mosaicos del ábside boquiabiertos, perder la vista entre el óculo y las decoraciones de Sir James Thornhill, una ilusión más propia de un caleidoscopio.

La City

En esta maraña de rascacielos londinenses se ubica el distrito financiero más importante del mundo. Cada día La City mueve dos mil millones de dólares. La tercera parte del dinero que mueve el planeta. Algunos de los rascacielos que se asienta aquí son NatWest Tower, 30 St Mary Axe y Leadenhall Building. La nuca clavada sobre los omóplatos está asegurada. Pero La City es mucho más interesante que eso, para empezar porque nace con el comercio. A este rincón del mundo llegaban comerciantes de todos los lugares de Europa lo que obligó a crear un código legislativo exclusivo. También tiene policía propia e incluso alcalde elegido a través de un sistema democrático pomposo y complicado. Primero hay que ser sheriff. La otra gran curiosidad de La City es que en ella hay empresas que se dedican a gestionar los secuestros de buques por piratas. Uno de los casos que quizá podéis recordar es el del buque Alakrana a manos de piratas somalíes. 

Tower Bridge

Dos torres unidas por dos pasarelas que se han convertido en símbolo de Londres. Una de las postales más míticas de la ciudad. La Tower Bridge Exhibition explica la construcción del puente y está localizada en las torres. Posee fotografías, películas y pantallas interactivas que cuentan cómo y por qué se construyó. A algunos no les gustó el puente pero a otros les encanté. El periodista del New York Times Benjamin Crisler declaró: «Los británicos tienen tres únicas y valiosas instituciones que nosotros en América no tenemos: la Carta Magna, el Puente de la Torre y Alfred Hitchcock». La otra opción es atravesarlo sintiéndote Bridget Jones. 

London Eye

En el barrio de South Bank, a orillas del Támesis, se encuentra la noria más alta de Europa, el London Eye. 135 metros de vértigo encapsulado. Es, con permiso del Shard, uno de los mejores miradores de Londres. Tiene treinta y dos cápsulas en representación de los distintos distritos de Londres. En cada una de ellas hay espacio para veintiocho personas que pueden estar sentadas o de pie en la cápsula. 

El proyecto fue llevado a cabo por el estudio de arquitectos Marks Barfield quienes además de diseñar la atracción tuvieron, entre otras cosas, que alterar el muro de contención del South Bank del Támesis. Imaginad. Esta rueda de bicicleta gigante está hecha a base de muchos radios de acero tensionado y tuvo que ser construida por secciones que iban siendo acopladas en posición horizontal sobre el suelo. Elevarla cuando estuvo acabada fue a ritmo de dos grados por hora hasta que alcanzó los sesenta y cinco de inclinación. Hoy en día es uno de los lugares que más atrae a los turistas.

Notting Hill

A parte de por la película protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant, en Londres el barrio de Notting Hill es popular por el carnaval que celebran en agosto, el más grande de Europa, y por el colorido mercado de la calle Portobello. Abundan las antigüedades, las falsificaciones y los turistas, porque quién no quiere pisar Notting Hill. Hay que abrir bien los ojos porque el desfile de personajes y la variedad de tiendas hacen una suma explosiva. El entretenimiento perfecto para un buen espectador. Acompañarlo con palomitas no está de más.

Camden Town

Camden está al norte de la ciudad y se hizo famoso por el mercado que se celebra cada fin de semana. El más alternativo, heterogéneo y extravagante de Londres. La cantidad de turistas y londinenses que acuden son la otra atracción del barrio. Otro de los motivos para ir son sus tiendas de ropa y los pequeños restaurantes de comida internacional . Nada como una camiseta que te ilumina en la oscuridad combinada con un auténtico plato indio para poner la guinda a un día diferente.

Los bares y pubs de Camden son de obligada visita. Esta zona es popular por acoger el rock alternativo de la ciudad e incluso puedes encontrarte con el integrante de alguna banda legendaria. Hay que dejarse caer por The Mother Black Cup, The Dublin Castle, The Good Mixer o The Camden Barfly entre otros. Si después de tantas emociones necesitas paz puedes dar un paseo en bote por Regent´s Canal o ver el “Blog-up-Bridge”.

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