Londres fue una de las primeras ciudades cosmopolitas a las que viajé. La idea de conocer el hogar de Los Clash, los autobuses de dos pisos, Buckingham, Bridget Jones y el té a las cinco me emocionaba, pero si además tienes el outfit perfecto gritándote desde el armario volar a Londres es casi una obligación. En un abrir y cerrar de ojos organicé la aventura en solitario viajando así con mi mejor amiga, que ya por aquel entonces aprendí que tenía que ser yo misma. Londres es multicultural, multisensorial, multidisciplinar y todos los multis que se nos ocurran. Es una capital que se mueve en los extremos. Es seria y la más divertida. Recta y desenfadada, disciplinada y soberbia. Bajo un cielo gris que se derrama o con un sol radiante Londres es una aventura siempre.
Mientras redactaba esta guía me di cuenta de que Londres es tan monumental y diversa que requería, además de este tour de paradas y experiencias, una guía de lugares vitales e imprescindibles en los que hacer check y un capítulo aparte sobre museos porque pocos lugares hay tan potentes culturalmente como Londres. No os perdáis sitios en los que hacer check y museos.
Visitar todos los sitios míticos
Para comprobar una vez más que el Big Ben sigue cubierto de andamios, que Piccadilly Circus continúa siendo adictivo con sus luces de neón y que Buckingham Palace no ha dejado de celebrar sus pomposos cambios de guardia ningún día. Es imposible poner los pies en esta ciudad y no sentir que de alguna forma la conoces. Quién no ha visitado la Abadía de Westminster, recorrido Notting Hill o cruzado el Támesis por Tower Bridge. Si hasta hemos sentido el frío húmedo de su invierno y la felicidad de un día soleado. El cine y las series han sido nuestro primer ticket a Londres. Pero si tienes la inmensa suerte de visitarla con tus propios pies, estas son los experiencias que no te puedes perder.
Tomar el té a las cinco y comer pastas de mantequilla como si no existiera un mañana
Gracias a unos textos del escritor y político Samuel Peppys sabemos que en Gran Bretaña se consume té desde al menos el año 1660. En sus escritos contó que “le habían ofrecido una bebida procedente de China que nunca antes había tomado”, un “cupp of tee”. Una ortografía errónea que demostraba lo novedoso de la bebida. Tiempo después Catalina de Braganza atracó en un puerto de Reino Unido para comenzar a vivir con Carlos II, con quien se había casado. Con el cuerpo del revés a causa del oleaje pidió a su llegada una taza de té. Lo que le ofrecieron fue una Ale. Poco a poco Catalina impuso el té en la corte hasta convertirlo en costumbre social. El afternoon tea cogió tal relevancia que se catapultó como un acto ceremonial.
Hay que tener en cuenta que en Portugal, de donde ella procedía, la bebida ya era conocida. Los portugueses habían comenzado a importar especies indianas antes, de manera que Catalina creció bebiendo té. Los negocios de la East India Company también propiciaron que la bebida se asentara en U.K.. Las exportaciones crecieron tanto que incluso las clases medias pudieron llegar al té, eso sí, a través del comercio ilegal. Té robado, usado e incluso adulterado a veces con químicos que cambiaban su color. Se extendió así el té negro y su consumo con leche. Cada día se consumen 165 millones de tazas de té en Reino Unido.
Disfrutar de las exposiciones de arte más inverosímiles, fascinantes y modernas
Es muy difícil definir al pueblo británico pero si lo hiciese resaltaría su necesidad de expresar sus ideas y pensamientos por únicos que sean o precisamente por ello. Con el objetivo de acercar la cultura al pueblo la mayor parte de los museos de Londres tienen la entrada gratuita a sus colecciones permanentes. Ofrecen un recorrido inigualable por la historia de la humanidad. Esqueletos de dinosaurio, restos del Antiguo Egipto, pinturas impresionistas, cubistas…Todo lo que quieras e incluso lo que no imaginabas lo encontrarás en esta ciudad porque además sus museos suelen tener exposiciones temporales que difícilmente verás en otro lugar.
Visitar mercadillos y comprar ropa de segunda mano o de tercera si hace falta
No hay nada más positivo para el medio ambiente que reutilizar lo usado. Siguiendo los dictados de las últimas tendencias la industria textil se posiciona como una de las más contaminantes. Cada día se fabrican en países del sudeste asiático millones de prendas de ropa las cuales quedan obsoletas en cuestión de una temporada, a veces incluso de menos tiempo.
En los últimos años las colecciones cápsulas o colecciones limitadas han unido peligrosamente dos conceptos: consumo e inmediatez. Lo que se traduce y resume en la idea de “cómpralo ahora o arrepiéntete siempre”. Si algo hemos aprendido es que sólo tenemos un planeta Tierra, que las modas siempre vuelven y que no hay nada más cool que ir a contracorriente así que proponemos mercadillos y tiendas de segunda mano como alternativa sostenible 100% y además londinense. Más allá de una tendencia estadística, la moda es una cuestión de actitud, de desafío.
Algunos de los mercados más populares son: Old Spitalfields, Brick Lane, Camden, Borough, Portobello Road, Greenwich, Broadway, Leadenhall, Covent Garden. Aquí encontrarás ropa, complementos, mobiliario, comida e incluso puede que alguna obra de arte. Sólo hay que saber buscar. Al margen de los mercados algunas tiendas de ropa de segunda mano, vintage, que deberías conocer son Frock me!, Capital Car Boot, One of a Kind, House of Vintage. Más asequibles pueden ser Pop Boutique , las tiendas de Oxfam y Cruz Roja.
Escuchar música callejera, si el bolsillo lo permite asistir a un gran concierto o al Royal Albert Hall
Artistas de la talla de Sir Rod Stewart y Simon & Garfunkel comenzaron en la calle. Se dice que es la antesala del éxito, la puerta abierta a una discográfica. “Sólo” hace falta hacerse con un nombre, lo cual no es nada fácil. En Londres la música callejera es tan importante que hace unos años hubo una iniciativa por parte del ayuntamiento e iZettle en la que repartieron entre algunos artistas lectores de tarjeta. Dicho regalo se debió a que sus ingresos se habían visto mermados como consecuencia de que cada vez menos londinenses llevan efectivo en los bolsillos a causa de la omnipresencia de la tarjeta de crédito. El metro es otro de los lugares en los que seguro disfrutarás de un gran concierto. Recuerda que una forma de apoyar el talento, más allá de los aplausos, es con un donativo ya sea con tarjeta o en efectivo.
Vestir tan libre como quieras y beber desde las 10 de la mañana
En Londres todo está permitido, desde los cuadros de Burberry, pasando por los jeans rotos, el vinilo y la pana. Los estampados de flores van con todo. Y cierto es que la ciudad te brinda una oportunidad como ninguna otra para que entiendas el concepto de libertad en tus propias carnes pero desde aquí destaco Camden Town y Notting Hill como los lugares perfectos para ello. Allí la biodiversidad humana es exponencial. La mayor concentración de especímenes únicos por encima del Amazonas. En lo referente a beber apuntad el Breakfast Martini, sólo aquí podrían mezclar ginebra, mermelada de naranja amarga, licor de naranja y zumo de limón. Un invento del Lanesborough Hotel.
Montar en el segundo piso de un autobús y recorrer las principales arterias de la ciudad desde las alturas
Permítanme el chiste, es la única forma de sentirte por encima de un británico. Una de las experiencias más singulares cuando visitas Londres, sólo hace falta un destino y un ticket, el resto lo pone la ciudad.
Y cómo no, sentirte moreno entre ingleses pálidos
Ataviado con más capas que una cebolla y bajo unas luces de oficina que distan mucho del sol de Punta Cana, sólo hay un lugar en el que ese color de piel blanco marfil que lucimos seis meses al año equivale a moreno, al lado de la british people.
