Utopías orientales en Kioto
Descubre la magia de Kioto: calles adoquinadas, casas de té y templos milenarios. Sumérgete en la belleza de sus paisajes únicos.
Descubre la magia de Kioto: calles adoquinadas, casas de té y templos milenarios. Sumérgete en la belleza de sus paisajes únicos.
Japón, un país que de las embestidas de la naturaleza y las bombas atómicas renace esperanzado y nos deleita con destellos de imaginación en un mundo flotante.
El vinho verde es melancolía y hedonismo a la vez. Una combinación que en Oporto casa y promete convertirse en reclamo gastronómico y cultural. El vino seguirá siendo un pequeño gran placer, el hilo conductor de esta ciudad.
24 horas en Bérgamo para disfrutar de la intensidad del verano, barra libre de libertad y arte a borbotones. Tolerancia, ligereza y belleza sin artificios.
China es un batiburrillo de etnias, lenguas y dialectos que demuestran que aunque orbitemos la misma estrella la mirada es diversa.
A vista de pájaro sigue siendo la Ópera de Jørn Utzon la estrella de la bahía. Arquitectura que empuja a embriagarse de la música y estrenar la realidad igual que una hoja en blanco.
Al igual que Ilsa y Rick, comprendí que siempre me quedaría París. Una historia de amor propia cuando el mundo se derrumba. El placer de viajar con una misma.
Un océano de arena, torres de Babel que bailan al viento, canchas de tenis en helipuertos, noches calientes y una pista de esquí en Dubái.
Sri Lanka, uno de los territorios más amables del sudeste asiático. La energía que desprende este país no cabe en ninguna postal.
Llegué cuando no podía más, en ese momento en el que tu cuerpo destina las últimas energías para que el corazón siga bombeando y mantengas… Leer más »Conmigo en Nueva York
Asturias abraza y alumbra en la tempestad. Una ensoñación que grita autenticidad y que nos dice que el tiempo se desmenuza mejor aquí.
El Gran Cañón del Colorado es una brecha enorme desde la que se contemplan los abismos geológicos, es el destape de la historia terrestre.
El conjunto hawaiano es una cadena de suspiros de las misteriosas profundidades de la Tierra. La última bocanada fue la isla que da nombre al archipiélago: Hawái.
Stone Town, arena blanca y fina como la harina y saltos imposibles como un mundo sin besos. Zanzíbar, un delicado ecosistema humano.
La sobrecogedora Kelingking con su oleaje bravío y esa cabeza de dinosaurio en reposo gracias a una naturaleza generosa que invita a la fantasía.
Una mezcla de esto es lo que deberíais haber recibido en vuestras postales de Copenhague y Malmö. Humor, algo tonto y personal y un final más o menos bonito.
Una mañana en Mahón bajo el brillo del verano, una falsa alarma y un final esperado a una situación la mar de incómoda en Menorca, ¡a bucear!
Rascacielos, futuro y luces de neón. Vidas a cámara rápida bajo la promesa de libertad. Habrá personas en el mundo y mundos en Nueva York.
Custodiada por la Sierra de Montserrat y arropada por el abrazo cálido del Mediterráneo un layover en Barcelona ofrece miles de opciones de ocio: Arquitectura, historia, naturaleza, enoturmismo, gastronomía y mucho más
Un desierto marciano, un mar ocho veces más salino sobre el que flotar y una ciudad excavada en piedra. Jordania, una aventura de otro planeta
Un recorrido por Lisboa tras los pasos del Biralbo de Muñoz Molina. El desvarío del trazado urbano, fados y tempestad a orillas del Atlántico con un toque de café y pastéis de nata. Un final alternativo para una novela que muchos años después sigue inspirando.
Un paseo por Ushguli, un recorrido por la Invernalia georgiana que incluye una montaña derrumbada, mi culo al aire y mucho chacha ¡Nasdrovia!
Arropada por los Cáucasos, bañada por el Mar Negro y el azul lapislázuli de su cielo, Georgia sigue siendo uno de los lugares más enigmáticos. Tierra indómita y ancestral que invita a ser descubierta por aventureros y místicos. Pero sobre todo, un viaje para cambiar no de país sino de ideas.
Es el mar en medio de las tierras. Esa mancha azul que une Europa, Asia y África. Un enclave de naufragios, epopeyas y cantos de sirena. Es el mar Mediterráneo que en invierno azota con olas de plata y azul para teñir sus costas de turquesa en verano. Una red de amores estivales y una personalidad impregnada de babor a estribor por el aceite de oliva que tanto nos distingue del coco, la soja y la falta de sol.
México, el bulevar de los sueños rotos. Una estructura de doble hélice en la que se enlazan alegría y dolor, “Cruza los dedos para que te vista la vida de suerte.” Hay plazas llenas de picardía, calles desgarradas y un tiempo inmóvil. México se toma a sorbitos en una terraza descifrando la conversación de los de al lado. Una telenovela mientras de fondo suenan mariachis.